domingo
Poema de Juan Ramón Jiménez
Poema de José Luis Tejada
sábado
Poema de Francesco Petrarca
miércoles
Poema de Pelayo Fueyo
jueves
Poema de Friedrich Nietzsche
Poema de Juan Bello
miércoles
Poema de Miguel Ángel Curiel
Poema de Jorge Riechmann
sábado
Poema de Juan Ramón Jiménez
Poema de Pedro Salinas
Poema de Federico García Lorca
viernes
Poema de Oliverio Girondo
Poema de Friedrich Hölderlin
Poema de Paul Bowles
martes
Poema de José Agustín Goytisolo
Poema de Leopoldo María Panero
Poema de Blas de Otero
Poema de Günter Grass
Poema atribuido a Fray Luis de León
Fragmento de Estado de Sitio, poema de Mahmud Darwix
Fragmento de Puella mea, poema de E. E. Cummings
Poema de Kenneth Rexroth
domingo
Poema de Idea Vilariño
viernes
Poema de Andrés Catalán
JOHN BERGER, de una carta a SVEN BLOOMBERG
Preferir el espacio a lo que pesa.
lunes
Poema de Bai Juyi
Poema de Charles Simic
La silla es en realidad una mesa riéndose de sí misma. La percha acaba de aprender a dar propinas a los camareros. A un zapato le sirven un plato de caviar negro.
«Mi muy querido y estimado señor», le dice una palmera de maceta a un espejo, «es completamente inútil que se excite usted».
domingo
Poema de José Cereijo
miércoles
Poema de Tomas Tranströmer
sábado
Fragmento del poema El Río, de Miguel Ángel Bernat
Fragmento del poema Muerte sin fin, de José Gorostiza
Poema de Andrés Sánchez Robayna
martes
Poema de Ricardo Reis
viernes
Poema de Juan Ramón Jiménez
Soneto XXVII de Garcilaso
Poema de José Ángel García
Texto de Blanca Haza la Torre
El ritmo existe desde que un corazón empieza a latir y la primera noción del ritmo te la proporciona tu madre, como a ella la suya, y así hasta el principio... bum, bum... los primeros latidos, la pulsación de la vida, el vibrante pulso que es el primer sonido que retumbó en el útero materno y en todo tu ser. He oído de varias fuentes fiables que éste es el motivo por el cual las mujeres fueron las primeras y únicas que podían tocar los tambores de marco rituales al principio del Tiempo, para inducir el ritmo básico de la naturaleza. ¿Quién sabe ya?
Seguramente ese espacio útil más amplio para la boca y la faringe que nos distingue de los demás mamíferos y -con su apéndice imparable- suele darnos tantos y variados problemas, permitiría la elevación especial en una posición de resonancia, una modulación y prolongación oscilante de sonidos habituales del lenguaje: la melodía; y, mientras, ella tocaba y la tierra latía, bum, bum...
Traído de su página.
lunes
Poema de Ana Pérez Cañamares