Mostrando entradas con la etiqueta Poemas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poemas. Mostrar todas las entradas

domingo

Poema

 
INTERIOR, TARDE

Genuinamente 
la tarde le sonríe,
llena el cuarto de luz,
le facilita la labor
ahora que cose, luminosa también,
sentada junto a la ventana.

Llama a la puerta el pensamiento,
tantas veces oscuro
mercader de vaguedades.
                                                Abro y digo:
«no, gracias, buenas tardes». Y cierro 
con la grata sensación de que todo,
pese a todo, es
                                          como debe ser.

sábado

Poema

 
PREGUNTAS AL AMANECER


¿Por qué será que el sol, ese gran solitario,
nunca nos deja solos
aunque a veces se oculte tras las nubes?
¿Y el canto de los pájaros, ese amigo del alma
siempre con tanto que contar
aunque a veces se oculte en el silencio?

Poema

 
SALVACIÓN CONSTANTE 


... Pero no nos hundamos.

Agarrémonos 
fuerte
a la fe,
             y al amor,
                                y al poema.
Están ahí 
para salvarnos.
No han dejado de hacerlo.

Poema

 
DÍA DESAPACIBLE


Viaja el mundo en el viento
como paja en un tren.
Bajo la manta
me como un bello ramo
de temblores que traje de ahí fuera.

Dos epigramas

 
LO TIENE TODO 

Como es mediocre, nadie le ha puesto la zancadilla. Y, como es estúpida, cree que ha llegado alto. Y, como es malvada, siempre será tan ignorante. Y, como para armonizarse con todo lo anterior, es fea, muy fea, feísima.


*


LOS PERROS NO MIENTEN

Qué raro que mi perro ladre a Z.
Sólo ladra a los turbios y a los bobos
y Z. es un señor cortés y culto.

Poema

 
TODAS LAS MAÑANAS


Todas las mañanas caen del cielo
como frutas extrañas y deliciosas.
Y en la tierra –¡qué lástima!–
enseguida se llenan de gusanos.

Poema

 
RUINA ROMÁNTICA


—Duerme, amor mío, duerme;
no hagas caso a los pájaros ni al sol.
—No estoy dormida:
                                       estoy a gusto
con los ojos cerrados 
mirándote a los ojos aquí dentro,
donde un día de pura libertad
nos habremos marchado para siempre.

Metapoesía en prosa

 
LA TERCERA PLUMA

Con objeto de convertirme en un escritor metódico, me agencié tres tipos de plumas: una para realidades, otra para ficciones y una tercera para realidades poéticas, que son las que yo prefiero, porque suelen ir más allá de la realidad y la ficción, liberándose de ambas, o conduciéndolas, en dichoso vuelo, hacia regiones alejadas de lo consabido. Pero mi plan ha fracasado estepitosamente, pues vengo quedándome titubeante y trágico durante horas, frente a mis tres plumas, sin saber muy bien cuál corresponde a cada ocasión. Y, harto de dudas, en un arranque de locura acabo –como el que dispara a bulto, a ver si acierta– escribiendo cada línea con una pluma diferente. Es patético.

*

NOVELA

Ricardo Francisco escribió un poema para seducir a María Fernanda. Fracasó: andaba secretamente enamorada de Carlos Alberto. Sin cambiar ni una coma, probó fortuna entonces con Rosaura Vanesa, que escribe poemas para trascender pero esos días lo hacía simplemente para desahogarse, afectada como estaba por su reciente ruptura con Luis Alejandro, el hermano de María Fernanda que escribe poemas para ganar concursos literarios. La pobre necesitaba consuelo y cayó en brazos del malvado Ricardo Francisco. Carlos Alberto, por su parte, a cuatro meses de casarse con Amanda Patricia, llevaba unas cuantas noches escribiendo un poema para explicarse el mundo, propósito del que se reía, por considerarlo inútil, su futura mujer, que sólo escribe poemas para divertirse. Un folletín eterno, que no parece acabar jamás. Aunque María Fernanda, superado el desamor, leyó en la boda un poema ante todos los invitados y, antes de empezar, comentó: «Los poemas, en fin, se escriben para ser leídos».

*

FÁBULA

Este era el poema de un hombre que escuchando a un pájaro se quedaba sin palabras pero con una música.

Pasaron semanas y semanas.

Este es el poema de un pájaro que escuchando a unos hombres ha perdido el canto.

Pasarán, están pasando, semanas y semanas.

Este será el poema de un hombre que tras un largo silencio, escuchando a un pájaro que había dejado de cantar, pronunciará unas palabras definitivas.


Poema

 
SESTEO


Como un ladrón 
con su pasamontañas negro
se me cuela por la ventana
el ruido de un taladro.

No dejaré que me quite 
la paz que vino de arriba.
Armado estoy
de luz y silencio.

Poema

 
EL SAPO


Escuchar al político 
me puso de los nervios.
Escuchar luego al sapo
me curó.
Su monótono canto
me curó.
Invocando a la madre
del cielo me curó.
El sapo es buen orante,
ya lo creo.
Orante acaso un tanto
contrahecho,
pero qué más dará,
qué más dará 
después de todo
la apariencia.

martes

Poema

 
VISITA AL JÚCAR 

Dulce suena tu idioma, 
viejo amigo Júcar,
y dulce es lo que dice.

Sólo para escucharte a todas horas 
me gustaría ser un chopo
de tu ribera, donde
yo sé que escondes a un ángel 
enamorado de Cuenca.

Pero no puedo ser un chopo
porque un hombre es también un río, 
y ha de seguir su curso natural
como el tuyo lo sigues tú.

domingo

viernes

Poema

 
UNOS OJOS

Hay en Florencia una mujer
–suponiendo que continúe allí–
con unos ojos decisivos.
Te miran un momento 
y te cambian la vida para siempre.
Encontrártelos
es darte de bruces con la poesía,
la belleza, el misterio...
Surge, aparece, sale de pronto su mirada
como la luna entre la niebla
y se te queda dentro, muy dentro,
más dentro todavía,
con esos ojos verdes tan oscuros,
mirando contigo, mirando
desde los tuyos, lo que sea que mires.

Poema


SEYCHELLES 

Algún día me iré a Seychelles 
para nunca volver.

Lo tengo todo planeado.

Viviré de las rentas,
pues seré millonario.

Habitaré una casa para nada ostentosa,
pero muy cómoda y con gran encanto,
y me dedicaré a hablar con las tortugas
y a navegar en un pequeño barco.

Lo tengo todo planeado.

Cuando ya sólo me veáis en sueños,
no penséis que estoy muerto:
será que me largué a Seychelles 
para nunca volver.

Poema

 
ANDANDO POR AVILÉS

Desde La Fruta, en un momento,
andando, por El Parche y San Francisco
he llegado a Galiana.

Apenas cuatro calles, pero andando,
andando mucho
y alzando a veces los ojos,
he visto que el planeta no es más grande,
que son también apenas cuatro
calles viejas
del inmenso universo.

miércoles

Poema

 
EL OTOÑO PASADO EN VERMONT 

Unidas siguen al árbol 
las hojas que ya cayeron;
unidas seguirán 
las que van a caer.

Así cantaba
no se sabe qué pájaro 
en la rama más alta de un tilo
el otoño pasado en Vermont.

Todo esto es el árbol, todo,
todo esto es el árbol,
respondían a puro coro dos o tres
aquel día pacífico, dorado, inolvidable.

martes

Poema

 
TARDE DE CINE

Siempre que miro al mar,
el mar hace de mar
y yo de hombre que lo mira.

Hoy nuestra química traspasó la pantalla.
Él se pintó gaviotas y un gran barco
allá en el horizonte y yo
me sumí en un nostálgico ensueño
cuyo espejo fue mi gesto contenido.

La mansa caída de la tarde,
hermosa protagonista absoluta,
ayudó lo suyo.


domingo

Poema

 
JN 14‚13

Para un momento, río,
para un momento,
que quien nunca se para
va como ciego.

Respira un poco...
Ni el mar te mete prisa:
sin ti ya es hondo.

Poema

 
MC 10‚15

Hay que ver hay que ver
lo arrasada que estás,
vieja amiga inocencia,
por la riada del tiempo.

Y hay que ver
qué misteriosa terquedad 
la tuya...
                 ¡Todavía 
recibo como un niño el reino!

Poema

 
EL POETA SE VIENE ARRIBA 

¡Qué dicha entrar en esta
casa que se me entrega, cual amante solícita,
con todos sus enseres!
                                          ¡Y qué dicha
notar, en plena calle,
que jamás he salido, que es la vida mi casa
y que Dios es la vida!