viernes

Poema de Diego Jesús Jiménez


FUGACIDAD INMÓVIL

A Emilio Lledó


El poema que intentas
como el amanecer va deshaciéndose; es una nebulosa
que no puede expresarse. Su luz involuntaria te demuestra
la inutilidad del sentimiento.
                    Igual que se disuelve
la imagen de la nieve en el sauce
que nos introducía en el invierno, o huye hacia el reino vegetal la serpiente
en algunas variedades de cactus, buscas
como si se tratara de un paraíso perdido—
entre las ruinas de la realidad.
Al conocer la alquimia
en la que se refugia su linaje, abandonas
poco a poco la farsa
de construir un decorado con sonidos retóricos.
                   Conviertes el lenguaje causa de nuestra esclavitud
en un jardín privado donde ensayas
lo mismo que el filósofo: saltar sobre tu sombra.

Como en el caleidoscopio, conocedoras del azar,
cambian en el poema las palabras al menor movimiento
o se ahogan en él lo mismo que los rostros
en el agua estancada de las fotografías.
                  Te emociona lo escrito, como te emocionaría
la aparición de algún antepasado, pues
llegan atravesando las paredes del tiempo los signos
que iluminan la nada.
                              No te engañes, ni exhibas
el plumaje fantástico de los pavos reales: escribes el poema
que a sí mismo se escribe, enciendes la elocuencia
vacía de la muerte.



lunes

¡Tate!


«Convertida en empresa, la lengua, sin que nadie se diese cuenta, ocupó el lugar de los murmullos, de las llamadas, de los quejidos, sordos o enérgicos; principio ordenador.
La lengua estaba destinada a ser UNA ADMINISTRACIÓN en la que toda conciencia tendría que entrar».

[Traducción de José Luis Sánchez-Silva]





viernes

Poema de José Ángel García


DESVARÍO

y
mañana
-bendita santa inconsciencia-
intentaremos de nuevo
apasionada
intensamente
que
nuestros actos
atrapen
-vano esfuerzo-
el
escurridizo
pez
del
tiempo




domingo

Una antología virtual


Esta antología improvisada es una muestra de lo que escribí hasta que cumplí los treinta y cinco años; es decir, hasta tener la edad en que se suele empezar a escribir poesía joven = poesía que envejece mejor.


*


PRÓLOGO

¿Es un poeta? ¿Un poeta original, inimitable, irrepetible? ¿Adolfo, Adolfo González? ¿Un poeta de estatura menor? Mide en torno al metro setenta.

Si el viento sopla un verso como una orden, el pequeño miserable lo atrapa cuando coge raudo el bolígrafo y la libreta. Y parece que entonces se cree, por el ímpetu que le pone, que es el viento si sigue escribiendo. Todos los días, esperanzado como los que han tenido felizmente un retoño y angustiado como las parturientas que están sufriendo bárbaras en este momento, escribe un poco. Escribe. ¿Es, por tanto, un escritor?

Es que también lee. Se sumerge en los libros, desaparece un rato de sí mismo, goza, aprende y desaprende en la penumbra de su cuarto mojándose el labio tembloroso. Es un lector habitual, acostumbrado en especial a subirse al caballo alado de la poesía. La novela le cuesta, le aflige, le aburre a menos que sea verdaderamente buena; puede con tres, cuatro páginas a lo sumo cada noche. Este es algo disperso; lento, limitado, no le hagan mucho caso.

Ilusionado Ulises, empeñado en beber de otras fuentes tercamente. Pero sólo con fuentes de palabras no podría nutrirse su sangre y fuego verso a verso. Por eso, cuando le da la espalda al sueño y la cara a la aurora, el muchacho se toma un café con leche bien caliente. Al mediodía, a veces, bebe una cerveza bien fría. Antes de irse a acostar, gusta de tomarse la leche. Y bebe agua, poseso de la vida, a cualquier hora del día. Todo esto hace pensar de él que es un bebedor.

Pero es que, además, no sólo escribe y bebe y lee como si bebiera, sino que también come. Si no lo hace cada ocho horas, su estómago es un grito de terror en un sótano vacío y su cerebro un estado golpeado, un estado patas arriba. Es un comedor, un buen comedor, un comedor agradecido.

Y, por si todo lo dicho fuera poca cosa, esta criatura sufrida que anda por tierra devorando platos de lentejas con chorizo y aplastando los cigarrillos en el suelo, también duerme. Y sueña cuando duerme. Y abre los ojos pero no sale del sueño. Es por ello un soñador. Y piensa, piensa continuamente: es pensador.

Mas, por encima de todo, vive. En el mejor sentido del término, es vividor. Y mientras viva amando la vida, amando sus cosas, profundamente, aceptándolas tal como son, sufriendo, hermanándose con el dolor o echándose encima de alguna mujer, seguirá siendo un amante, un amador.

Qué de cosas hago, qué de cosas hace un hombre corriente..., piensa hablando. ¡Justo!, declama Adolfo. ¡Aquí no existe el fallo! ¡Qué bien, yo no soy un escritor! ¡No soy sólo un escritor! ¡Yo soy un hacedor nato!

Y ya le pueden decir misa aquellos con ínfulas de eminentes, que ahora mismo se pasma y se premia con un cigarro, satisfechísimo de su evidente descubrimiento, sacando tórtolas con amapolas en la boca del único corazón que tiene.


OCASO FANTÁSTICO

Islotes incendiados por el cielo
las nubes del ocaso. ¡Adiós al día!
Van peces y caballos a un tranvía
que los sube a una luna de pomelo.

Un niño está pasmado, está muy lelo
viendo cómo se alejan, por la vía,
dejando atrás la tierra en tarde fría,
en su balcón, gritando al eco: ¡Rielo!

-¡Rielo!
              ¡Rielo!
                           ¡Rielo!

Vieja la noche, ya se va cerrando.
Nadie sabe de aquellos animales
menos el niño que estaba mirando.

Parecen hechos sobrenaturales,
pero marchar se le ha visto volando
a la luna a cenar con sus iguales.


PURO DESPISTE

Igual que antes de ayer -día ido para siempre-
antes de yo nacer estuve desaparecido.

Puro despiste, dejarme al otro lado las llaves
que abrían puertas del olvido a la memoria.


ANTES DE MARCHAR CANTANDO

Como si fuera un gladiador al animal
saludando en la antigua Roma
me encuentro con la arena.

Arena que a los ojos, miradores del sueño,
me arroja la fiera.

Fiera que se abalanza, encima de mi pecho,
para morderme el alma.

¡Pelea!

Ovación callada. Cae en la arena.
Desclavo mi lanza con alas.


UN NAUFRAGIO HEROICO

Un naufragio heroico en el océano de mi lengua.

El ruiseñor,
atravesado en la garganta,
ya no puede cantar.

Y yo, apoyado
en mi madera de antihéroe, veo
las nubes alejadas de las nieblas, islas tan cercanas.


JOVEN POETA A SU AMIGA

Tu cuerpo al aire es beso a tiempo completo.
Tu alma, si no lo mismo, algo muy parejo.
Consecuentemente me hago bueno y básico
conteniendo en mis manos tu dulce sexo.

Yo te nombro reina porque eres la reina:
tú sentada en mi pobreza me haces trono.
Y callo porque no hay la palabra exacta:
amor bebemos hablando como arroyos.


EL ÁNGEL

Se me despista, en ocasiones,
con esa facultad que tiene de meter la pata,
dejándome endiabladamente abandonado,
sin protegerme de los fantasmas.

Yo veo que es como un guerrero
manifestándose en huelga de armas,
o como un pillo monaguillo
riéndose de un sacerdote por la espalda.

El ángel, sí, el que me persigue
sin decirme cómo ganó las alas,
me ha confesado hace un momento
que me guarda aunque no me guarda.

Yo tolero que diga lo que quiera,
pues sé cómo se las gasta,
y le pido por favor -por favor-
que me preste un rato el arpa.


TIENE QUE HABER DE TODO

Versos desnudos, trajeados, de sport, en taparrabos
Versos que se caen, que se levantan
Versos atléticos, obesos, amorfos, esqueléticos
Versos hambrientos, empachados
Versos de vasta ignorancia, de vasta cultura
Versos inútiles, productivos
Versos que se manchan, que se lavan
Versos asturianos, gallegos, manchegos, universales
Versos que se dicen en prosa, que se dicen en verso
Versos republicanos, monárquicos (reyes de sí mismos)
Versos que se odian, que se aman
Versos de izquierdas, de derechas, de centro, apolíticos
Versos en predestinación, en libertad
Versos discretos, charlatanes
Versos que se duermen, que se despiertan
Versos tranquilos, de los nervios
Versos de lo más tradicional, de lo más moderno
Versos cristianos, paganos, ateos, hinduistas 
Versos peregrinos de camino a la capilla de la unidad


PENSAMIENTO MUSICAL

Cada cosa que pasa es una nota
de la hermosa canción que siempre suena
con las cosas que pasan, tantas cosas,
en una sola cosa que es eterna.
Cada nota que suena es esa cosa.
Cada cosa que pasa es la canción.


ESCUCHA EN EL SILENCIO

Que todo queda dicho:
un gato gris,
el mar,
una comedia triste,
las horas y sus décadas,
una armónica vieja,
el infinito
etcétera
de la enumeración caótica del tiempo.


IMPRESIÓN

Impresión de estar pez
en todas las materias del misterio
mientras te explica el son
del canto mismo el pájaro
profesor que te pide
atención y silencio.


MUJERES

(Un homenaje a Carlos Edmundo de Ory)

la hoja es la mujer del ojo
la trama es la mujer del tramo
la sal es la mujer del sol
la caza es la mujer del cazo
la piña es la mujer del piño
la rueda es la mujer del ruedo
la plata es la mujer del plato
la fauna es la mujer del fauno
la hora es la mujer del oro

y yo que soy hombre y ojo y tramo y sol y cazo y piño y ruedo y plato y fauno y oro

no sé

dónde se habrá metido mi mujer.


OTRO POEMA DE AMOR

Si fueras tan bonita como te veo yo,
ese gato callejero no sería esquivo contigo,
esa nube se quedaría quieta a contemplarte
y ese pájaro cantaría tan sólo para ti.

Esto era lo que iba a decirte,
pero resulta que ese gato, esa nube y ese pájaro,
igual que todo lo que vemos,
son pedazos de mí
-también de ti-
como lo son mis orejas, mis pies o mis costillas.

Y por eso
-y porque eres tan bonita como te veo yo-
ese gato ahora se está acercando,
esa nube se ha parado un momento a contemplarte
y ese pájaro está cantando tan sólo para ti.


[ME DECLARO MARCIANO]

Me declaro marciano
por ser normal,
por no hacer nada raro,
por no considerarme un genio,
por caminar despreocupado,
por no ser el sumiso ni el tirano ni el rebelde,
por no rendir cuentas a nadie,
por saber sobrevivir como nadie,
por no estar en guerra con nadie,
por ser completamente libre y no hacerle caso a nadie.

Me declaro marciano,
se me vuelven antenas los cabellos
y mi corazón, como platillo volante,
vuela de noche bien acompañado
por los espacios siderales.


[MIRA EL VARIO PAISAJE]

Mira el vario paisaje
reflejado en tus ojos:
el paisaje te mira
mirándose a sí mismo.

El paisaje eres tú.
Que te pinte un retrato.
Ni te muevas.


DESDE LA MONTAÑA

1

Me vine a la montaña
para escribir unos poemas
y la montaña los escribe conmigo.

2

Contemplando el paisaje de montañas y nubes,
veo una borrosa fotografía
del paisaje interior.

Hay movimiento en esa imagen:
mi cuerpo me saluda con la mano,
mientras que las nubes se van.

Y la fotografía desaparece
y queda, afuera,
el paisaje interior de montañas y cielo despejado.

3

Dentro de aquella cabra
mi alegría, como ella, salta.
Dentro de aquella cabra
está escondida la montaña.

4

Qué grato que me invada
invisible la esencia que me ve
haciéndome sentirme respirado
en estos aires puros que respiro.

5

Las montañas, el cielo despejado, aquella cabra y yo.

Todos a una
diciendo amor
sin decir nada.

6

Al llegar a la cumbre
qué sorpresa
encontrarme a mí mismo
esperando sentado mi llegada.


SER

Ser ese temerario que entra al banco
a punta de pistola,
la señora mayor que levanta las manos
con una taquicardia,
el prudente empleado que obedece
con el susto en el cuerpo
y el fajo de billetes que te llevas
para irte al Caribe de tu ser.


ESA DEFENSA

Apretar los dientes
y reír
por no llorar.
Apretar los dientes:
morder la lagartija de la pena
hasta que deje de mover la cola.


PARA QUE NO NOS ABURRAMOS MUCHO

Fijaos en el poeta:
ayer se levantó de mala leche
y hoy, en cambio, se puso como unas castañuelas
con el primer rayo de sol.
Sin embargo,
ninguno de ambos días ha dejado de ser el mismo tipo.

De la misma manera,
todos los días son el mismo día,
con pequeñas o grandes variaciones
para que no nos aburramos mucho.


SUPERACIÓN

como un gimnasta que salta al potro
liberarme de mí,
superarme a mí mismo,
sordo
tras el canto
del ruiseñor.


COSAS SUELTAS

Mi canasto de frases: mi cuaderno de fresas.

*

De sol a sol,
mera ilusión.

*

Una elegía por haber querido componer una elegía tras la muerte de un ser querido y no poder componer más que una elegía por haber querido componer una elegía tras la muerte de un ser querido y no poder.

*

Del tiempo son caretas
calendarios y agendas.

*

De pronto, el mar es un conferenciante inexplicable, ante asistentes inexplicables, dando una conferencia inexplicable en la que explica el fenómeno poético como algo que no debe explicarse. De pronto, sí, el mar se llama don Antonio Gamoneda.

*

Ahora que el poeta no hace planes
-es inútil hacerlos-
la musa quiere plan para esta tarde.

*

Alma particular
C/ La Nada, s/n
00000 -Todas Partes (Dios)-

*

Un fondo musical
la mística
lectura en bicicleta estática.

*

Encendiendo un cigarro en la ventana,
un paisaje marino de Monet
se dispone a contemplar sus olas
como si fueran de otro.

*

En la mano sin nada mira
la flor inmarcesible
de la nada.

*

Rayos de sol como pequeños
aprendices de monje
a besar el suelo se arrodillan.

*

Entro en el locutorio del silencio,
llamo al país de lo desconocido
y soy yo quien responde al aparato.


MIRLO

¿Dónde canta ese mirlo?

Dan ganas de meterse en hipotecas
a medias con su música.

Me asomo a la ventana.
No veo al pájaro en ninguna parte
y en todo lo estoy viendo.
Todo canta.
Todo es mirlo de pronto.
Todo, nada, tan negro.


DESVÁN

En un estuche
del colegio
me encuentro el patio.
En el patio
un amigo muerto
ofreciéndome una onza de chocolate.
Cuando voy a morder
es un suspiro
lo que me llevo a la boca.


EL MAESTRO DAO FU SE SACA UN POEMA DEL BOLSILLO

La tormenta agita los árboles de la montaña
igual que hace esta vida con mis sentimientos,
pero la montaña permanece en la quietud
igual que mi felicidad.

No os quedéis en la engañosa apariencia de las cosas,
ni busquéis mensajes ocultos más allá de lo evidente;
cuando parezca un arbolillo derribado,
no seré sino la montaña entera, lo que siempre hemos sido.


LUNA LLENA

Tras esta la inicial estrofa del poema,
el lector alzará la vista al cielo
y mirará a la luna unos segundos
antes de proseguir con la lectura.

Ya en la segunda estrofa,
verá la luna llena del poema.

De inmediato
alzará la vista nuevamente
con la última estrofa:
acabará leyendo
la brillante palabra
del cielo.


LOS CUATRO AMIGOS

Quien fui, quien soy, quien seré,
hemos quedado en el centro
para tomar el vermú.

Conste:
no tengo pensado presentarme.

El no ser
es mi manera de ser.


[UNA NIÑA TOSE]

Una niña tose
asomada a un balcón.
Yo dibujo una ventana en la libreta
y veo lo divino en su catarro.


NO SE PUEDE TENER NOVIA FORMAL

De colores muy vivos, el aire.
De colores muy vivos
cuando llegas.

*

¡Conseguirte un autógrafo del mirlo!

*

Desde que estás a mi lado
-ya son años-
soy un místico.
Antes, a ratos era agnóstico.

*

Cuando sufres de ardor,
ardo en ansias de ser bicarbonato.


UN HERMOSO JARDÍN

Cuando alguna persona quiere hacerme un vacío
no sé por qué le sale
un hermoso jardín que es todos los jardines.

Ahora estoy sentado ahí. Aquí. Y me levanto
a dar la vuelta al mundo entre las flores.


DEL SILENCIO

POEMAS

Parodias, también parodias,
parodias del gran poema
del silencio.

ETCÉTERA

El silencio
sopla como el viento,
canta como el mirlo,
habla como yo.


LA ETERNIDAD ESTÁ SIEMPRE DE MODA

Desde hace siglos
la luna y este instante:
dos contemporáneos.


¡SOCORRO!

Todas esas enciclopedias vivientes
con la cita erudita a flor de labios
han perdido el conocimiento.

¿Hay algún socorrista en el poema?


VISIÓN NOCTURNA

El grillo calla.

Se ha fundido
en un abrazo
inmenso
con esa estrella.


[EN MEDIO DE LA NIEBLA]

En medio de la niebla
hay un fulgor
y otros poemas,
                           pero
en medio del poema
hay una niebla
y otros fulgores.
                           Sí:
en la más densa niebla se penetra
igual que en el fulgor más deslumbrante.

Ante esta circunstancia,
resulta pertinente
considerar la fulgurante niebla
-o neblinosa luz-
de la naturaleza del poema:
visión que nos conduce
al uno original de lo diverso.

  
J.R.J. REVIVE UN VIEJO TEMA

¡Sembrar las alas, sí, sembrarlas!
¡Que se recoja el vuelo
de las raíces!


[ABRIR EL CORAZÓN Y VER LA PUERTA]

Abrir el corazón y ver la puerta
de las innumerables maravillas
abierta al fondo siempre a lo sincero
y humilde y simple.
                                 Abrir el corazón.
Basta ese gesto básico
para encontrar la luz de lo real
y en su mágico bosque de la muerte perderse.


EL MAESTRO DAO FU SE SACA OTRO POEMA DEL BOLSILLO

Cuando era joven
me defendía como un erizo.
Hoy en día, más joven,
me defiendo como una flor.


TRATO HECHO

Acepto
el don de todos y de todo,
el don de la fugacidad,
lo eterno,
ese río,
esta noche,
el viento,
yo.


¡CUÁNTO TIEMPO!

Fue pasar del primer verso
al segundo
y ser otro
siendo el mismo.
                             Llevo siglos
por detrás de estas palabras
con el cuco que me sale de la boca y canta
ahora.


SERÁ POR LUNAS

Levantarse de la mesa
y sentarse a cenar
en la luna de los niños.
(Nochebuena).


Entre lunes y lunas
anda el juego
(también llamado abismo).


A la luna le da igual
que Confucio y otros sabios
la señalen con el dedo.


La luna pide a todo su servicio
que la traten de tú.


La luna, sin tus ojos, no se quita el pijama.


Sólo porque es muy grande
la luna es tan pequeña como la vemos.


Hay tanta luna, tanta, que hace sol.


Espera, espera.
Tengo la luna
en la punta de la lengua.


También la luna friega algún portal
y le cuesta llegar a fin de mes.


Escuchando a la luna
con los ojos se ve
que la luna
-a la escucha-
dice todo.


UNA FIESTA

No puedo rechazar la invitación,
ofrecerme en bandeja a la tiniebla,
dar alas al recelo,
atar de pies y manos el impulso del sí más inocente.
Se celebra el milagro continuo que es el ser
y está feo faltar.

Yo voy.
Yo tengo que ir.
Es el acto de ir un canto,
un tigre en llamas,
una danza,
una copa de vino alzada al cielo.

Voy con este mi cuerpo
tras el viento del corazón
como un excursionista detrás de un guía,
pero la luz, de pronto, me descubre que no voy:
estoy de vuelta.
                          Sí:
en esa fiesta estuve como en mi propia casa.

Vuelvo. Vuelvo. Volver ahí
es un ojo que se abre en el pecho,
un polluelo que rompe el cascarón,
una nube disipándose,
esta leve brisa recobrando el aliento.

Dentro de mí, ya veo la armonía.
Su trono.
               Su corona.
                                 ¡He vuelto!
                                                     ¡He vuelto!
He vuelto con un pájaro inclasificable en el hombro
y llevo de la mano al niño que fui.
No le miento:
le digo que somos detectives privados de la rosa,
que en el aire hay tres novias por milímetro cuadrado,
que se puede donar algo de luna a las cavernas.

Todo es una fantasía,
la fantasía de un ilusionista que no quiso estar solo,
que no quiso dejarnos solos.

Qué importa este dolor en la rodilla,
los versos malogrados,
el daño que me hicieron tantas veces,
el que hice yo mismo.
Qué importa que uno sea poca cosa.
Se celebra el milagro continuo que es el ser
y yo soy parte de eso.
                                    Yo soy eso:
en esta larga noche,
en esta vida,
algo que se percibe y no se ve,
no sé qué lejanía que me cerca y me ocupa,
una ausencia presente en cada cosa,
un misterio total que, de repente,
me da los buenos días y me invita a una fiesta.

Una fiesta en la finca del fugaz instante,
una fiesta en la iglesia que hay dentro de la risa,
una fiesta en la semilla que contiene la selva del mundo.


ESCRITURA POÉTICA

Escribo porque escribo,
escribo por lo mismo que la rosa florece.

Escribo para nada, sólo para escribir,
igual que el río fluye para seguir fluyendo,
para no desbordarse,
para hacer lo que un río debe hacer.

Escribo, a ratos, como si bailara,
siguiendo el ritmo de una música
lejana, o muy de dentro.
Pero escribo también
-y sobre todo-
desde una quietud
asombrada, dejando
constancia del misterio,
de este eterno
instante que es la vida,
con breves testimonios,
con fugaces imágenes,
con palabras que copio del destino
-libro abierto al azar-
y que a veces consiguen sorprenderme.

Escribo, en todo caso,
siempre al dictado de una voz callada,
que se hace escuchar
precisamente por callada.

Escribo y escribo.
Escribiré
hasta que Dios o el tiempo así lo quieran.
No el poema que sueño algunos días
cuando no tengo el lápiz en la mano.
No:
escribo
             -escribiré-
el extraño poema que me sienta a la mesa
sin pedirme otro esfuerzo
que el mismo del frutal para dar fruto.
El poema que surge, inesperado,
como un relámpago en la noche
o un claro entre las nubes;
o, más humildemente,
como un grupo de versos o líneas
que de tarde en tarde se me ocurren.


CONTEMPLACIÓN

Me pregunto, asombrado,
qué es lo que contemplo.
Me respondo que nada,
que tan sólo contemplo.

No es verdad ni mentira,
simplemente es amor,
no se sabe qué es.
Se diría que Dios:

Tiene forma de rama,
y de nube, y de ola…
Tiene forma de todo
y carece de forma.


AHÍ ESTÁ

Concederte una página
entera para ti sola,
                              humildísima
florecilla sin nombre que has llamado mi atención
en las inmediaciones de la Puerta de Alcalá.


JUEGO DE SOMBRAS

El perro escarba en tu sombra.

A lo mejor huele un tesoro.

*

A la sombra de una nube negra,
haciéndole sombra,
una mariposa blanca.


CANDADOS DE AMOR

(Puente de San Sebastián, Avilés)

Ciudad mía, te quiero
igual que a esa mujer:
lo que no me gusta de ella
me gusta de ti también.

*

(Puente del Sena)

En sólo un fin de semana
puede el amor ser eterno.
Firman: dos que aquí se amaron
y que nunca más se vieron.


SIESTA CON LLUVIA

La lluvia entra en mi sueño
a despertarme.
Abro los ojos
y sigue dentro.


SALTO DE AGUA

(El Escañorio)

El sonido del agua
despeñándose,
rompiéndose
musicalladamente,
musicalladamente,
todo lo dice y nada dice,
dice sutil y dice madre,
dice despierta y sueña
y lo que piensa Issa,
Kobayashi,
allá en el más acá,
acá en el más allá
el sonido del agua,
el sonido del agua
dice y dice de la belleza,
dice de lo divino
mientras dice calma,
calma,
porque el saber más puro es calma
y es lo sabio la meta,
como Heráclito lo dice,
está diciéndolo,
diciendo solamente
el sonido del agua,
el sonido del agua
que nos dice
-fantasmas, hombres, ángeles-
carpe diem
y sursum corda
y mens agitat molem,
que nos dice
que es la luz la que canta
en el canto del pájaro,
que nos dice
lo mismo que en el fondo
nosotros nos decimos,
el sonido del agua
despeñándose,
rompiéndose,
inventándose

el cristalino arroyo de la muerte.


NOCHE DE VERANO

(Junto a la estatua de Fray Luis de León, Cuenca)

Llenas están todas las cosas
del asombroso encanto de la noche.

No eres una excepción:
el cantar de los grillos
encuentra habitación en tu silencio
y la luz de incontables
estrellas en tu mínima mirada.

Imposible parece no quedarse de piedra.


PERCEPCIONES

En este eterno instante,
                                      en este
gran hotel de los hechos
pasados y futuros,
aquello que una vez pasó -aquello
tan terrible, tan trágico, tan duro
entonces-
                 convertido
                                    en un recuerdo
adquiere claros tintes de comedia.


PLANES PARA UN DOMINGO VERANIEGO CON LA NOVIA

Ahora que don Amor ya hizo con nosotros,
igual que con dos palos, un fuego no visible,
y que de las cenizas hemos, ducha mediante,
resurgido como el Ave Fénix,
vistámonos con lo primero que encontremos
y, sin más historia, salgamos a la calle,
comiendo algo de fruta,
con la intención de ver tranquilamente, sentándonos
en un banco cualquiera, la Eternidad,
                                                             esa carroza
de cuento
que pasa y se queda, que no deja de pasar, que
moviéndose
se está siempre tan quieta.
Clarividentes, casi
casi se diría que sabios,
                                       veremos
que en su interior nos paseamos como reyes,
saludándonos con la manita
a nosotros mismos, que -fuera- estamos como pobres
mortales de la plebe humana.
                                                Entonces
hablaremos de banalidades trascendentes
(o tal vez al revés)
y compraremos helados, o refrescos,
si nos viene en gana. Sí:
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías.
                                                Nosotros,
ciudadanos por un día del famoso poema gongorino
-tú la mantequilla y yo el pan tierno-
estaremos contentos y tranquilos,
en paz nuestros deseos con los hechos que ocurran.
Qué bien cumpliremos, nena, nuestra misión
de dejar hacer a la Vida,
qué buena arcilla seremos
para sus largos dedos.
Después, si es que Ella quiere,
cuando nos hartemos de estar ahí
iremos a comer a un restaurante
-mira en mi cartera, por favor, estoy ocupado-
y, ya en la tarde como abejas en la flor,
a charlar con el río.
                                Allí
atestiguaremos que es dulce su voz
-agridulce, tan sólo, en ciertos tramos de la memoria-
y nos visualizaremos,
como en el estómago de una rana,
en el misterioso país de la Belleza.
No sé, preciosa mía,
si todo esto te parecerá un plan sugestivo
hasta la puesta de sol.
                                    Ésta
podemos contemplarla ya en casa, en la terraza,
discutiendo si cenar coliflor o huevos fritos
o advirtiendo, si cabe,
que en el crepúsculo tan sólo es triste
la tristeza que a veces le ponen como guinda
nuestros ojos.
                       Y así, en un plis-plas y prácticamente
sin darnos cuenta, llegará enseguida
la medianoche, habremos sumado un ayer
y restado un mañana, a nuestras espaldas tendremos
un poco más de muerte, pero mirando a la luna
podremos sonreír, seguros de que vale la pena,
a la que aún nos queda por delante.


HAIKU

(Otoño, Parque de Ferrera)

El viento empuja.
La lluvia se ha sentado
en los columpios.


MENSAJE DE UNA LÁGRIMA

Has llorado su pérdida
porque nunca has perdido el corazón.

Porque nunca has perdido el corazón:
porque, en verdad, nunca has perdido nada.


RAMALAZO LEVEMENTE ELEGÍACO

La música rojiza del ocaso
-no se oye: se escucha-
ambienta el hundimiento
de esta tarde en la historia.

Si puedes,
deja a salvo tu sonrisa
y dos o tres recuerdos
que te alegren el corazón.


OTRA VEZ LA LUNA

Deslizándose
-niño en pleno juego-
por la suave
                     baranda
                                   del
                                         vacío
el día se llevó
demonios y fantasmas de tu lado,
dejándote tan sólo gratitud
por ser jirón de luna,
no siendo nada,
tú.


POEMA PARA RAQUEL

Antes de ser quien fue
tu madre no existía,
no era nada,
no era; pero ahora
ha empezado a ser todo,
todo, todo.
                  También
esa estrella que os mira
en el cuento que cuentas a tu niña.


SILLA OCUPADA

Qué misteriosamente la luz,
de pronto, ha ocupado la silla.

Con su sola presencia
maternal invita
a sentarse cual niño en su regazo
y escribir lo que dice. Cómo no
aceptar. Y cómo no, entonces,
preservar la sabia ingenuidad
que salva al hombre. Cómo no
confiar plena, simplemente en ella
igual que un pétalo en la brisa:
te está enseñando, sombra suya,
a ser luz
              -sobre todo luz-
para la hora en que ya no existas.


DETALLE CON CARMEN

Te traigo estas flores
por tener un detalle con ellas.


APUNTE DE PAISAJE

La calle desierta. La tarde con traje de noche. Ni una estrella a la vista. El sonido que hace el viento con las ramas, que recuerda al de las olas. Hay un lirismo en todo esto. No el tantas veces, por manos tercas incitado, asesino de la poesía. No: un lirismo sin palabras. Con las palabras que perdí en la nieve.


CARBÓN

En mi recuerdo, esta fría tarde de enero de 2015 es un mediodía de julio de 1990. Mi abuelo Samuel, que pasa en casa, como siempre, un mes o dos, se sienta despacio a la mesa y nos cuenta pormenorizadamente las calles por donde ha ido sosteniendo la silicosis, cayado en mano, en su paseo matutino por Avilés. Aunque soy tan distraído como un crío cualquiera, durante la comida -arbejos, y me quejo- nadie le presta tanta atención como yo que, de pronto, recuerdo una fría tarde de enero de 2015 en la que mi nieto Adolfo, picador en la mina del papel en blanco, sale del tiempo y se encuentra con su abuelito.

Alguien se ha puesto
como un guante mi mano.
Puede que un ángel.


¡QUÉ EXTRAÑO GOZO!

¿Cómo es posible,
amor,
que esté escuchando
aquí,
en el silencio,
que esté escuchando
yo,
sin el que escucha,
las seis oscuras cuerdas
de la luz?