martes

Fragmento de Puella mea, poema de E. E. Cummings

 
Omar Harún y Maestro Hafez,
conservad vuestras bellas damas muertas.
La mía es un poco más hermosa
que lo fuera cualquiera de las vuestras.

La más perfecta en su conjunto,
mi señora, al moverse por el día,
es algo aún más singular
que lo fuera la vivaz Saba con su rey
en su deambular matinal.
        A través de las jóvenes y torpes horas
mi señora es el movimiento perfecto,
a través del naciente mundo
mi frágil señora deambula errante
y en su perecedero equilibrio
está el misterio de la primavera
(con su belleza mayor que la nieve,
diestra y fugitiva,
mi muy frágil señora vaga
nítidamente, moviéndose como un mito
en la mañana incierta, con
pies de abril como súbitas flores
y todo su cuerpo lleno de mayo)
- se mueve en la madrugada
mi señora llena de vida,
es para mí el más extraordinario ser
(el más ligero y acabado),
más que lo fuera para el rey de Judea,
con la astucia aguda y curvilínea
y sus delirantes pies,
la princesa Salomé
seductoramente bailando en el ruido
del silencio de Herodes, hace tiempo.

[Traducción de Rafael González Serrano]



Poema de Kenneth Rexroth

 
XL

Como la rueda sigue las pezuñas
Del buey que tira de la carreta,
Cuando te vas al amanecer
Mi dolor sigue tus pasos.

[Traducción de Pablo Boullosa]




domingo

Poema de Idea Vilariño

 

A CALLARSE

Qué puedo decir
ya
que no haya dicho
qué puedo escribir
ya
que no haya escrito
qué puede decir nadie
que no haya
sido dicho cantado escrito
antes.
A callar.
A callarse.

                            (27 de marzo de 1987)




viernes

Poema de Andrés Catalán

 
el espacio entre las cosas


La hermana de David Hockney, según el propio Hockney, 
cree que Dios es el aire, el espacio entre las cosas.

JOHN BERGER, de una carta a SVEN BLOOMBERG


Preferir el espacio a lo que pesa.

El vuelo antes que el pájaro.
El aire que importa a los pintores.
El lienzo. No el pigmento. No las cosas
sino lo que separa, ese vacío
que no es tanto un vacío como un largo
dejarse atravesar por lo que existe
pero no nos atañe.




lunes

Poema de Bai Juyi

 
FLOR SIN SER FLOR

Es flor sin ser flor,
niebla sin ser niebla.
A medianoche llega.
Se va al rayar la aurora.
Viene como un sueño de primavera:
tan efímera.
Se esfuma como una nube del alba:
no deja huella.


[Traducción de Guojian Chen]




Poema de Charles Simic

 
Comedia de enredo en un restaurante elegante del centro. 
La silla es en realidad una mesa riéndose de sí misma. La percha acaba de aprender a dar propinas a los camareros. A un zapato le sirven un plato de caviar negro. 
«Mi muy querido y estimado señor», le dice una palmera de maceta a un espejo, «es completamente inútil que se excite usted».


[Traducción de Jordi Doce]




domingo

Poema de José Cereijo

 
Mira
esa flor en el vaso
que dulcemente muere,
y piensa que no deja
detrás de sí otra cosa
sino belleza silenciosa, y calma.




miércoles

Poema de Tomas Tranströmer

 
ELEGÍA

Abro la primera puerta.
Es una habitación grande y soleada.
Por la calle pasa un camión
que hace temblar la porcelana.

Abro la puerta número dos.
¡Amigos! Bebisteis oscuridad
y os volvisteis visibles.

Puerta número tres. Una angosta habitación de hotel.
Da a una calleja.
Una farola brilla en el asfalto.
La hermosa escoria de las experiencias.


[Traducción de F. J. Uriz]




sábado

Fragmento del poema El Río, de Miguel Ángel Bernat

 
El tiempo del río al principio no existe. Lo buscas porque lo sientes. Buscas las puertas del tiempo del río. Luego, el tiempo del río es una gota en tu mano. Una gota que es música y ritmo. La cadencia que prefigura las notas que han de venir. El tiempo profundo del río hace de las cosas ante ti verdaderas apariciones que fluyen y surgen como regalos. El color hondo de las nubes, la forma de los árboles, sus profundas sombras negras, el curioso rostro de los hombres. Todo lo informa y lo penetra el nuevo tiempo. Un tiempo generoso donde la acción es gozo y la reflexión es acción. El tiempo inspirado por el ritmo del río se ensancha. El río se ensancha. La visión se expande. El río toca toda la tierra.




Fragmento del poema Muerte sin fin, de José Gorostiza


Porque el tambor rotundo
y las ricas bengalas que los címbalos
tremolan en la altura de los cantos,
se anegan, ay, en un sabor de tierra amarga,
cuando el hombre descubre en sus silencios
que su hermoso lenguaje se le agosta,
se le quema confuso en la garganta,
exhausto de sentido;
ay, su aéreo lenguaje de colores,
que así se jacta del matiz estricto
en el humo aterrado de sus sienas
o en el sol de sus tibios bermellones;
él, que discurre en la ansiedad del labio
como una lenta rosa enamorada;
él, que cincela sus celos de paloma
y modula sus látigos feroces;
que salta en sus caídas
con un ruidoso síncope de espumas;
que prolonga el insomnio de su brasa
en las mustias cenizas del oído;
que oscuramente repta
e hinca enfurecido la palabra
de hiel, la tuerta frase de ponzoña;
él, que labra el amor del sacrificio
en columnas de ritmos espirales,
sí, todo él, lenguaje audaz del hombre,
se le ahoga confuso en la garganta
y de su gracia original no queda
sino el horror de un pozo desecado
que sostiene su mueca de agonía.




Poema de Andrés Sánchez Robayna

 

EL VILANO

Sólo tu sombra
pesa menos que tú
sobre la tierra.

Aún menos que tu sombra,
nuestro paso en el polvo.




martes

Poema de Ricardo Reis

 

Por encima de la verdad están los dioses.
Nuestra ciencia es una fallida copia
       de la certeza con que ellos
       saben que el Universo existe.

Todo es todo, y más alto están los dioses.
No le incumbe a la ciencia conocerlos,
       sino adorar debemos
       sus bultos como a flores,

porque visibles a nuestra alta vista,
son tan reales como reales las flores
       y en su calmo Olimpo
       son otra Naturaleza.


[Traducción de Ángel Campos Pámpano]




viernes

Poema de Juan Ramón Jiménez

 
VERJA AZUL Y VERDE

Todo lo vi por esta verja
desde la que de niño yo miraba.
Verde y azul sigue, lo mismo
que antes, y es la verja con el alma.

Un momento color, tamaño,
forma desconcertaron mi llegada.
Yo la miraba a ella, en ella,
desde donde yo un día sin mirarla.

Lo que desde ella se veía
no me desconcertó. Todo radiaba
(hora, sonido, luz) como antes,
como después ha de radiar sin mancha.

¿Qué importa el dónde? El desde dónde.
No estar, sino salir desde la plaza.
Puede irse a todo desde todo,
y todo es nido para abrir el ala.



Soneto XXVII de Garcilaso

 
Amor, Amor, un hábito vestí,
el cual de vuestro paño fue cortado;
al vestir ancho fue, mas apretado
y estrecho cuando estuvo sobre mí.

Después acá de lo que consentí,
tal arrepentimiento me ha tomado,
que pruebo alguna vez, de congojado,
a romper esto en que yo me metí.

Mas ¿quién podrá deste hábito librarse,
teniendo tan contraria su natura,
que con él ha venido a conformarse?

Si alguna parte queda por ventura
de mi razón, por mí no osa mostrarse,
que en tal contradicción no está segura.



Poema de José Ángel García

 
Ofrecemos
los mejores
almohadones
de crespón.
Du bin dín, du bin dán, du bin dón.
Anzuelos,
esponjas,
vividores
de ocasión.
Du bin dín, du bin dán, du bin dón.
Berbiquíes,
escalpelos,
disectores
de ilusión.
Du bin dín, du bin dán, du bin dón.
Prohibiciones,
negativas,
refutamos
a porrón.
Du bin dín, du bin dán, du bin dón.




Texto de Blanca Haza la Torre

 

La primera música

El ritmo existe desde que un corazón empieza a latir y la primera noción del ritmo te la proporciona tu madre, como a ella la suya, y así hasta el principio... bum, bum... los primeros latidos, la pulsación de la vida, el vibrante pulso que es el primer sonido que retumbó en el útero materno y en todo tu ser. He oído de varias fuentes fiables que éste es el motivo por el cual las mujeres fueron las primeras y únicas que podían tocar los tambores de marco rituales al principio del Tiempo, para inducir el ritmo básico de la naturaleza. ¿Quién sabe ya?

Seguramente ese espacio útil más amplio para la boca y la faringe que nos distingue de los demás mamíferos y -con su apéndice imparable- suele darnos tantos y variados problemas, permitiría la elevación especial en una posición de resonancia, una modulación y prolongación oscilante de sonidos habituales del lenguaje: la melodía; y, mientras, ella tocaba y la tierra latía, bum, bum...

Quizá fue antes aún de que existiera el lenguaje...


***

Traído de su página.


lunes

Poema de Ana Pérez Cañamares

 

Ejercicio de humildad:
Sube una montaña.
Intenta describir
todo lo que ves.
A cada cambio de luz
vuelve a empezar.

Ríndete.




sábado

Poema de Juan Ignacio González

 
DESCRIPCIÓN DEL OCASO

El ocaso es también una ciudad dormida,
las luces que se apagan sobre esta madriguera,
la calle a dentelladas,
                                   el cerro,
                                                  las murallas,
las horas de cal viva plegadas al recuerdo.

La vigilia grabándome tu nombre,
la última palabra escrita en el cuaderno.



Poema de Marta Jiménez Serrano

 

Pienso ahora
que aquella acusación tuya
era cierta:
yo iba siempre a todo acelerada.
Tenía que cobrar una factura,
tenía que dar de alta una domiciliación,
tenía que llamar a Telefónica
y cancelar la línea.
No me quedaba espacio
para tu amor
tan etéreo, tu amor—,
para tu tiempo.

Ya no te escribo poemas de amor,
ya no te escribo poemas de nada,
ya no te llamo amor en ningún sitio.
Pero si hoy te escribiera
un poema
por ejemplo
de amor
te diría que eras bueno,
que me querías tanto,
que tenías razón
y que alguien tiene, amor,
que cobrar las facturas,
alguien, capullito de alhelí,
ha de dar de alta la domiciliación,
alguien, corazón de frambuesa,
debería llamar a Telefónica
y cancelar la línea
de una buena vez.

No me hacía feliz ser esa,
se me hacía necesario.

Quise escribir un poema de amor,
amor,
y me salió un obituario.



viernes

Poema de Emilio Prados

 
La niña quiere pintar
pero no la deja el mar.

Sobre la mesa tendido
abierto está el abanico,
la caja de los pinceles,
el pez a medio teñir,
la noche sin terminar,
su ensueño medio perdido...

La niña quiere pintar
pero no la deja el mar.




Poema de Birgitta Trotzig

 
   Es un paisaje lo que atravesamos. Una llanura de huesos como en Ezequiel. Es tan extraño. Qué camino de escombros iluminados por la luna. Tantas caras. Tantos labios moviéndose.
    Es todo lo contrario de andar y pasar de largo. Se mueven. Yo me muevo. No se trata de observar, eso no existe. Moverse dentro. Pero es más que un paisaje.
    Los cuerpos y las piedras penetran. 


[Traducción de René Vázquez Díaz]




Poema de Kenneth Rexroth


LA VIE EN ROSE

La niebla nubla la pequeña plaza
Entre la Avenue du Maine
Y el Gaité Montparnasse.
Camino dando vueltas y más vueltas
Esperando a mi chica.
Siento el eco de mis pasos
Desde las murallas
De los edificios cercanos.
Profundo en el futuro
Mi fantasma me persigue
Dando vueltas y más vueltas.

[Traducción de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vial]




Poema de Alejandra Pizarnik

 
INMINENCIA

Y el muelle gris y las casas rojas Y no es aún la soledad Y los ojos ven un cuadrado negro con un círculo de música ligera en su centro Y el jardín de las delicias sólo existe fuera de los jardines Y la soledad es no poder decirla Y el muelle gris y las casas rojas




Poema de Dionisio Ridruejo

 
HIPPIES EN BERKELEY

La cantería de la torre sube
con fe de sus cimientos.
El horizonte es vegetal. Vencidos
en desmayo de sombra están los cuerpos
que desean caer. Un clarinete
les ata por los nervios
y un aroma de hierba les transporta
donde ya no hay preguntas. 
                                                    El acero
con cristal y la más ardiente puja
de la vida no sirven; quedan presos
en párpados que son como paréntesis.
Algo cruje y acaba. Está queriendo
y sin querer. Es ávido y saciado.
Es cólera y desprecio.
Es sangrado desdén. Como si el mundo
de la promesa remontase un vuelo
vertiginoso y la conciencia fuera
su ceniza de sueño.




Poema de Juan Malpartida


NIÑO

Para Guille

Por el pasillo viene,
más voz que cuerpo,
el claro arroyo de su risa.

Ahora frente a mí,
absorta la mirada en el presente
ignora el tiempo y su deriva.

Más acá de los nombres
miro en sus ojos
todo lo que no veo.




domingo

Epigrama de Marcial

 

Si bien recuerdo, Elia, cuatro dientes tenías:
una tos te expulsó dos y otra los otros dos.
Ya puedes toser tranquila todos los días:
nada tiene que hacer allí una tercera tos.


[Traducción de María Ohannesian]




Poema de William Blake


PEDÍ A UN LADRÓN...

Pedí a un ladrón
que me robara una manzana;
entornó la mirada.

Pedí a una dama
que se abriera de piernas;
se hizo la digna y empezó a gritar.

Apenas me fui vino un ángel.
Guiñó un ojo al ladrón
y sonrió a la dama;

y, sin mediar palabra,
tomó una manzana del árbol
y se benefició a la dama.


[Traducción de Jordi Doce]




Poema de Francisco Javier Page

 

Fez (Grand Hôtel)

Descolgábamos estrellas.
Con el cuerpo en llamas
me abracé a tu falda.
Bajo la blusa, morada,
dos torcaces,
dos toros
saltaban.
Te quité la blusa:
dos granadas saciaron mi sed.



Poema de Luis Cernuda

 

JARDÍN ANTIGUO

Ir de nuevo al jardín cerrado,
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros,
Guarda el encanto de las aguas.

Oír de nuevo en el silencio,
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las almas viejas flotan.

Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas todas siempre bellas.

Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un dios sin tiempo.



Poema de Rafael Talavera

 

EN MI 56 CUMPLEAÑOS

Has crecido como un pato sin lago
en un lago sin pato.

Ya te has zampado crudos
cincuenta y seis pececillos virtuales.

¿No deberías transformarte en otra cosa
que no tenga que soportar esta humedad?



Poema de José Miguel Ullán

 

En la Avenida del Generalísimo
cerca de la plaza de Castilla
el taxi M-388193
atropelló al anciano
don Bernardino Pérez
de ochenta años de edad
natural de Trillo (Guadalajara)
domiciliado en el número 362
de la citada avenida

trasladado a la Residencia de la Paz
ingresó ya cadáver


miércoles

Poema de Lola Mascarell

 
LA BESTIA

Hay un eco en el aire y no es el aire
quien lo acerca a mis manos esta noche,
más adentro retumba su bramido,
más lejano regresa,
de aquel fondo sin fondo que es la sima
donde gime el instinto.

Es su voz el lamento del que busca
en el alba sin ley de alguna selva
ese rastro perdido en el sendero
y olfatea y resopla y se envilece
y salta y se apresura y desespera
persiguiendo ofuscado aquella presa
que no sabe si existe,
pero huele.



domingo

viernes

Poema de José Antonio Fernández Sánchez


JILGUERO

Quise escribirte un verso,
y cuando fui a hacerlo
vas y desapareces.

¿Hacia dónde te has ido?

¿Qué has querido decirme
con tu tímido gesto?

¿Qué pasó con tu canto?
¿Con mis versos qué hiciste? 




domingo

Poema de Edward Lear


EL MATUSALENO EN UN BOTE

Había un matusaleno en un bote
que dijo: «Estoy a flote»,
pero, cuando le dijeron que nones,
por poco perdió sus calzones,
aquel infeliz matusaleno del bote.


[Traducción de Cristobal Serra y Eduardo Jordá]





miércoles

Poema de Charles Tomlinson


EL ARTE DE LA POESÍA

Al principio, la mente siente un golpe.
La luz forma agujeros blancos en el negro follaje.
O la niebla esconde todo lo que no sea ella misma.

Pero
Todo esto, ¿cómo podemos decirlo?
El hecho es que cuando la verdad no es suficiente
exageramos. Las proporciones

Importan. Es difícil calcularlas bien.
No debe haber nada
Superfluo, nada que no sea elegante
Ni nada que lo sea si no es nada más que eso.

Este crepúsculo verde tiene bordes violetas.

Mariposas amarillas
Trasladándose nerviosas
De flores escarlata a flores bronce
Desaparecen al llegar la noche.


[Traducción de Jordi Doce]



viernes

Poema de Diego Jesús Jiménez


FUGACIDAD INMÓVIL

A Emilio Lledó


El poema que intentas
como el amanecer va deshaciéndose; es una nebulosa
que no puede expresarse. Su luz involuntaria te demuestra
la inutilidad del sentimiento.
                    Igual que se disuelve
la imagen de la nieve en el sauce
que nos introducía en el invierno, o huye hacia el reino vegetal la serpiente
en algunas variedades de cactus, buscas
como si se tratara de un paraíso perdido—
entre las ruinas de la realidad.
Al conocer la alquimia
en la que se refugia su linaje, abandonas
poco a poco la farsa
de construir un decorado con sonidos retóricos.
                   Conviertes el lenguaje causa de nuestra esclavitud
en un jardín privado donde ensayas
lo mismo que el filósofo: saltar sobre tu sombra.

Como en el caleidoscopio, conocedoras del azar,
cambian en el poema las palabras al menor movimiento
o se ahogan en él lo mismo que los rostros
en el agua estancada de las fotografías.
                  Te emociona lo escrito, como te emocionaría
la aparición de algún antepasado, pues
llegan atravesando las paredes del tiempo los signos
que iluminan la nada.
                              No te engañes, ni exhibas
el plumaje fantástico de los pavos reales: escribes el poema
que a sí mismo se escribe, enciendes la elocuencia
vacía de la muerte.