viernes

Poema de José Luis Jover

 
A VECES LA MEMORIA SE PONE MEDIO LOCA

A veces la memoria se pone medio loca,
lo revuelve todo y crea
conexiones caprichosas
entre recuerdos que nada tienen en común.
Parece que estuviera 
proponiéndome un juego,
pero yo no puedo jugar,
estoy cansado
y me duermo.



Poemas grabados (XIV)

 



Poemas grabados (XIII)

 



Poema







Poema de Blas de Otero

 
UN 21 DE MAYO

El cielo es verde delicado, té
que tiembla tenuemente en tus pupilas.
Las hojas de los sauces rozan suave-
mente tu blusa movida por la brisa.

Sueltos, los remos cabecean. Ladeas
la frente hacia el alto Templo. Silba
un ruiseñor. Sonríes
íntimamente, entimismada, tímida.

El cielo es sutil como la seda
anaranjada de las sombrillas
que van y vienen por La-Wan-Fu-Sin
a mediodía.




Poema de Ana Blandiana

 
Nos encontramos como en una pompa de jabón 
Que, de vez en cuando, consigo
Crear,
Brillante, transparente,
Con nosotros dos dentro,
Bellos y felices,
Conscientes
De que todo dura solo unos segundos.
No obstante, todo es tan milagroso,
Y quién sabe si ahí dentro
Un segundo 
No dura
Miles de años.


[Traducción de Viorica Patea y Natalia Carbajosa]



Poema de Ana Blandiana

 
TIPITÍ-TIPITÁ

Señor Otoño, una pregunta quiero hacerle:
¿Qué piensa usted de las ciruelas podridas en la hierba?

Señora Tierra, ¿me podría contar
A qué saben los húmedos y redondos huesos?

Señor Tiempo, por curiosidad, dígame:
¿Le gusta mi mejilla atrapada en su red?

Señora Muerte, me gustaría que me explique:
¿Qué es lo que siente cuando traga palabras amargas?

Señora Eternidad, una cosa inquiero:
¿Cuál es, sobre mi alma, su pensamiento?

Señora Resurrección, ¿sabe usted si acaso
Desde el principio otra vez comenzamos?

Y sobre todo: ¿cuántas veces y de cuántas maneras,
Señorita Primavera?


[Traducción de Viorica Patea y Natalia Carbajosa]



Poema de Ángel Mendoza

 
ORACIÓN

Por una infancia de pinares blancos
cuando el rocío helaba la espesura
y venía el invierno, y la hermosura
de su dolor pasaba por mi barrio.

Por la espera nerviosa de un verano
que vuelve todavía, por la pura
fascinación de lo que se inaugura
cada vez que amanece por mis manos.

Por los suelos dormidos, por los viejos
compañeros de sombra, por la orilla
que me enseñó el compás de las mareas
y el secreto del aire. Por lo lejos
que va quedando todo. Por los días,
y por sus noches, gracias a Quien sea.