viernes

Poema de María Victoria Atencia

 
ANNUNZIATA

Tu mensajero vino y me habló brevemente:
déjame una quietud que siga a su recado.

Descalza en los umbrales de la aurora me tienes:
recogeré mi pelo y dispondré mi cuarto.

(Por el otero asoma tu ternura impaciente.
Te conozco a su luz. Date prisa. Te aguardo).