VISITA AL JÚCAR
Dulce suena tu idioma,
viejo amigo Júcar,
y dulce es lo que dice.
Sólo para escucharte a todas horas
me gustaría ser un chopo
de tu ribera, donde
yo sé que escondes a un ángel
enamorado de Cuenca.
Pero no puedo ser un chopo
porque un hombre es también un río,
y ha de seguir su curso natural
como el tuyo lo sigues tú.