Qué amoroso el cuidado
con que riega las flores,
las simples hierbas
y aun la seca tierra.
Es un monje callado,
hecho a vivir aquí,
como una planta.
Canta a este Dios
que da vida a sus flores,
y olvida las palabras
de los hombres.
Como una planta
crece cada día
y, en busca de la luz,
alza sus hojas.