viernes

Poema de Pedro Salinas

 
[La cabeza está inclinada]

La cabeza está inclinada,
pensando.
Su señor, ¿ilusión, sueño?
Quieta.
Pero el viento 
es el amo del cabello.
Juega.
Se apodera de los rizos,
traza
efímeros arabescos 
en el espacio blanquísimo,
y él mismo los borra luego.
Con la cabellera negra
el viento
escribe lo que desea:
juega que juega.
Ella, dolida, pensante,
no sabe
que otra fuerza,
más que la suya, allí fuera,
está jugando con ella.
La pensativa y el viento,
la atormentada y su pelo,
el amor, y el aire, nada.



Poema de Anna Ajmátova

 
El ángel que tres años me estuvo guardando
ascendió entre rayos y fuego,
mas sigo esperando el día más feliz
cuando él regrese a mí.

Las mejillas, hundidas, desangrada la boca:
quedó desconocida mi cara.
Ya no soy aquella belleza que un día 
lo llegó a turbar con su canto.

Recuerdo lo que al despedirse me dijo,
y en la tierra nada me asusta.
Cuando entre, me inclinaré a sus pies,
yo, que apenas le daba un saludo.


[Traducción de Tatiana Bubnova]




Poema de Alfonsina Storni

 
LA MIRADA

Mañana, bajo el peso de los años,
las buenas gentes me verán pasar,
mas bajo el paño oscuro y la piel mate
algo del muerto fuego asomará.

Y oiré decir: ¿quién es esa que ahora
pasa? Y alguna voz contestará:
—Allá en sus buenos tiempos 
hacía versos. Hace mucho ya.

Y yo tendré mi cabellera blanca,
los ojos limpios, y en mi boca habrá 
una gran placidez, y mi sonrisa,
oyendo aquello no se apagará.

Seguiré mi camino lentamente,
mi mirada a los ojos mirará,
irá muy hondo la mirada mía,
y alguien, en el montón, comprenderá.



Poema de Jesús Delgado Valhondo

 
LUTO

Yo tenía, como cualquiera,
un sombrero y una flor.

Al sombrero el viento se lo llevó.
La flor la fui deshojando...
Ahora sólo me queda
el dolor en los dedos de la mano,
y una cinta negra
que me aprieta en el brazo.



Haiku de Natsume Sōseki

 
Si come de esas flores,
hará la caca roja
el ruiseñor.


[Traducción de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala]



Poema de Giacomo Leopardi

 
EL INFINITO 

Siempre caro me fue este yermo cerro
y este seto, que priva a la mirada
de tanto espacio del último horizonte.
Mas, sentado y contemplando, interminables 
espacios más allá de aquéllos, y sobrehumanos
silencios, y una quietud hondísima
en mi mente imagino. Tanta, que casi
el corazón se estremece. Y como oigo
el viento susurrar en la espesura,
voy comparando este infinito silencio
con esta voz. Y me acuerdo de lo eterno,
y de las estaciones muertas, y de la presente
y viva, y de su música. Así que, en esta
inmensidad, mi pensamiento anego,
y naufragar me es dulce en este mar.


[Traducción de Antonio Colinas]



Poema de Catulo

 
IUCUNDUM, MEA UITA, MIHI PROPONIS AMOREM

Me prometes, mi vida, que este amor
será eterno y feliz entre nosotros.
¡Grandes dioses, que no prometa en vano!
Y que lo que ahora dice sea sincero
y sea de corazón,
para que sea posible que perdure
este lazo perenne de nuestro amor sagrado
por toda nuestra vida.


[Traducción de Aníbal Núñez]




Poema de José Luis Jover

 
QUIERO SER UNO DE ELLOS

En un paisaje yermo
con el sol ya caído
hileras de pingüinos
como sombras chinescas
sobre la lejanía.
Quiero ser uno de ellos.



domingo

Poema de Rosalía de Castro

 
Son los corazones de algunas criaturas
como los caminos muy transitados,
donde las pisadas de los que ahora llegan,
borran las pisadas de los que pasaron:
no será posible que dejéis en ellos,
de vuestro cariño, ni recuerdo ni rastro.



viernes

Poema de Rafael Cadenas

 
Hundo mis manos
en el agua
de un arroyo;
busco lo que perdí,
esto es:
nada.



Poema de Luis Alberto de Cuenca


RENOVARSE O MORIR

¿De qué armario de diosa
mesopotámica
sale tu lencería
de seda grana?

—De un millonario,
que es quien ha renovado
mi vestuario.



Poema de Claribel Alegría

 
TESTAMENTO

                        A mis hijos

Les dejo
una escalera
tambaleante
inconclusa
tiene peldaños rotos
otros están podridos
y más de alguno
entero.
Repárenla
elévenla
suban por ella
suban
hasta tocar
la luz.



Poema de María Paz Otero

 
XXV. SUICIDIO

Otra muerte. Tal vez
el comienzo de otra vida.
La decisión última de saltar
a otros lugares, de emprender
el sinuoso camino
que lleva hacia el descanso.
El cuerpo suspendido en el aire,
vivo todavía unos segundos, y luego, poco después,
inerte. Una imagen inmóvil rodeada de edificios,
un rostro que era de alguien,
unas manos que horas antes sostenían
un tazón de leche, un billete de metro, el rostro de otra joven...
ahora yacen frías, ocultas por el polvo,
y entre ellas la vida se desliza
como entre las cañas el lomo de la serpiente.



Fragmento de Juan Malpartida


Estos vencejos de entonces, mi pelo ya blanco.

(Sirga, Fragmento XXVI)



Poema de Luis Feria

 
ALMENDRO

En el almendro en flor
¿cuál es la mariposa?



Poema de José Corredor-Matheos

 
Esas flores tan blancas,
sobre el verde del césped,
no te hacen olvidar
el horror de la guerra
y sus pétalos negros.
Detente ahora y mira
esos pétalos blancos
sobre el verde del césped.



Fragmento de Keats


Del poema Sueño y poesía.


¡Detente y considera! La vida es sólo un día,
es una frágil gota de rocío bajando
con peligro de un árbol; el pobre indio dormido
mientras va su canoa, veloz, a una monstruosa
catarata. ¿Por qué un gemido tan triste?
La vida es la esperanza de una rosa aún no abierta,
la lectura de un cuento siempre cambiante; el leve
levantarse del velo de una doncella; el claro
girar de una paloma en el aire estival;
un escolar que ríe, sin cuidado ni pena,
a las primaverales ramas de un olmo izado.


[Traducción de José María Valverde]



Poema de Jaime Sabines

 
La cojita está embarazada.
Se mueve trabajosamente,
pero qué dulce mirada
mira de frente.

Se le agrandaron los ojos
como si su niño
también le creciera en ellos
pequeño y limpio.
A veces se queda viendo
quién sabe qué cosas
que sus ojos blancos
se le vuelven rosas.

Anda entre toda la gente
trabajosamente.
No puede disimular,
pero, a punto de llorar,
la cojita, de repente,
se mira el vientre
y ríe. Y ríe la gente.

La cojita embarazada
ahorita está en su balcón
y yo creo que se alegra
cantándose una canción:
«cojita del pie derecho
y también del corazón».



Una fortuna

 
«Si no fuésemos mortales, no podríamos llorar».



Mejor que mejor

 
«Si el poema es fiesta, lo es a deshoras y en sitios pocos frecuentados, festín en el subsuelo».



Estrofa de Rubén Darío


Y sentimos la vida pura,
clara, real,
cuando la envuelve la dulzura
primaveral.

(Del Poema del otoño)



Nadie tiene más razón que un santo

 
«La mosca que a la miel se arrima impide su vuelo; y el alma que se quiera estar asida al sabor del espíritu impide su libertad y contemplación».



Poema de George Trakl

 
NOCHE DE INVIERNO

     Segunda versión 

Cuando la nieve cae en la ventana
y tañe lenta la campana vespertina,
está puesta la mesa para muchos,
preparada la casa.

Por oscuros senderos
llega algún caminante hasta la puerta,
dorado florece el árbol de los dones
con la savia fresca de la tierra.

En silencio el viajero entra en la casa.
El dolor petrifica
el umbral; pero en la mesa
en un halo de luz inmaculada
brillan el pan y el vino.


[Traducción de Américo Ferrari]



Poema de José Emilio Pacheco

 
ODA

Baja la primavera al aire nuestro.
Invade
con sus plenos poderes al invierno.
Todo lo redescubre y lo ilumina.
Brota del mar.
Es Dios o su emisario.



Poema de Santa Teresa de Jesús

 
MI AMADO PARA MÍ

Ya toda me entregué y di
Y de tal suerte he trocado
Que mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
Me tiró y dejó herida
En los brazos del amor
Mi alma quedó rendida,
Y cobrando nueva vida
De tal manera he trocado
Que mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
Enherbolada de amor
Y mi alma quedó hecha
Una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
Pues a mi Dios me he entregado,
Y mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.