Beso
Como quien halla un fósil
(acaso una quijada con el beso trémulo
de una raza extinguida)
C. Rodríguez
Anda un viento bastardo que estropea la tarde.
Los labios te perfilan al borde de caerte
ladera de ti abajo, bocado de ti arriba.
Te delatan los ojos serenos en mi boca.
No miro a ningún sitio. Me lanzo a la penumbra
de otro ser que me mira. Me siento en mi equipaje,
mi morada de siempre llena de algunos años,
de agujeros precisos donde cabían los besos
que ahora nada pesan. Anda el viento entre ambos.
En tu pecho una antorcha para encender mi miedo,
en tu cintura, a mano, la cuerda que te ataba
y no recuerdo a qué. Te empujo desde dentro,
a ti, que eres mi boca donde las selvas vierten
un eterno silencio macerado en saliva.