Mostrando entradas con la etiqueta T. S. Eliot. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta T. S. Eliot. Mostrar todas las entradas

miércoles

Poema de T. S. Eliot

 
CÓMO LLAMAR A UN GATO

Ponerle nombre a un gato es harto complicado,
desde luego no es juego para los muy simplones.
Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado
cuando digo que al menos ha de tener tres nombres.
Lo primero es el nombre que le damos a diario;
como Pedro, Alonso, Augusto o Don Bigote;
como Víctor o Jorge o el simpático Paco.
Todos ellos son nombres bastante razonables.
Los hay más bonitos y que suenan mejor
para las damas y los caballeros,
como Admetus, Electra, Démeter, o Platón,
pero todos son nombres demasiado discretos.
Y un gato ha de tener uno más especial,
que sea peculiar, algo más digno.
¿Cómo, si no, va a alzar su rabo vertical
o atusar sus bigotes y mantenerse altivo?
De nombres de este tipo os puedo dar un quórum
como son Mankostrop, Quoricopat o Quaxo,
también Bamboliurina o, si no, Yellylorum,
son nombres que jamás compartirán dos gatos.
Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más,
y ése es el que tú nunca podrás adivinar,
el nombre que los hombres jamás encontrarán.
Que SÓLO EL GATO LO SABE y no confesará.
Si un gato ves en meditación,
el motivo nunca te asombre.
Su mente está en contemplación
de la Idea Una de su nombre.
Su inefable, efable,
efanifable,
único, oscuro, inescrutable nombre.


[Traducción de Regla Ortiz]



domingo

Poema de T. S. Eliot

 
EL TRIUNFO DE LA GILIPOLLEZ

Señoras mías, a quienes mis atenciones tantas veces han servido
Si consideran que mis méritos son escasos
Desvaídos, alambicados,
Magnilocuentes, de mal gusto, fantásticos,
Monótonos, absurdos, estreñidos
Un galimatías impotente
Amanerados, acaso imitados,
Por el amor de Dios, metánselos por el culo.

Señoras mías, que juzgan mis intenciones ridículas
Terriblemente insípidas y horrorosamente torpes
Pomposas, pretenciosas, neciamente meticulosas
Desaboridas como masa de brioche mal cocida
Convulsos versículos ineptamente versiculares
A menudo, archisutiles: con frecuencia, groseros
Intentos de emociones que acaban siendo isiculares,
Por el amor de Dios, métanselos por el culo.

Señoras mías, que me creen indebidamente vociferante
Un amable cómico que hace sus gracias
Para que la gente diga: «esto está muy tieso para nosotros».
Un niño bueno que juega con los juguetes nuevos
Leones de juguete carnívoros, cañones humeantes
Máquinas vaporosas: todo esto pasará;
Qué inocente: «sólo quiere asustarnos».
Por el amor de Dios, métanselo por el culo.

Cuando con pie de plata camine usted
Entre teorías esparcidas por el suelo
Llévese mis buenas intenciones con todo lo demás
Y después, por el amor de Dios, métaselas por el culo.


[Traducción de Dámaso López García]