martes

Fragmento de Puella mea, poema de E. E. Cummings

 
Omar Harún y Maestro Hafez,
conservad vuestras bellas damas muertas.
La mía es un poco más hermosa
que lo fuera cualquiera de las vuestras.

La más perfecta en su conjunto,
mi señora, al moverse por el día,
es algo aún más singular
que lo fuera la vivaz Saba con su rey
en su deambular matinal.
        A través de las jóvenes y torpes horas
mi señora es el movimiento perfecto,
a través del naciente mundo
mi frágil señora deambula errante
y en su perecedero equilibrio
está el misterio de la primavera
(con su belleza mayor que la nieve,
diestra y fugitiva,
mi muy frágil señora vaga
nítidamente, moviéndose como un mito
en la mañana incierta, con
pies de abril como súbitas flores
y todo su cuerpo lleno de mayo)
- se mueve en la madrugada
mi señora llena de vida,
es para mí el más extraordinario ser
(el más ligero y acabado),
más que lo fuera para el rey de Judea,
con la astucia aguda y curvilínea
y sus delirantes pies,
la princesa Salomé
seductoramente bailando en el ruido
del silencio de Herodes, hace tiempo.

[Traducción de Rafael González Serrano]