UN 21 DE MAYO
El cielo es verde delicado, té
que tiembla tenuemente en tus pupilas.
Las hojas de los sauces rozan suave-
mente tu blusa movida por la brisa.
Sueltos, los remos cabecean. Ladeas
la frente hacia el alto Templo. Silba
un ruiseñor. Sonríes
íntimamente, entimismada, tímida.
El cielo es sutil como la seda
anaranjada de las sombrillas
que van y vienen por La-Wan-Fu-Sin
a mediodía.