viernes

Poema de Rafael Escobar

 
Verdad de mayo

            (A Ángel Parreño y Pilar Ramírez)

Días en que el tacto del aire
es presagio,
roce de una promesa
que ya es fruto que acarician los dedos.
Hay música,
sol en la ciudad radiante,
y en nuestros rostros que miran
como niños atónitos,
una firme voluntad
de olvidar lo que nos duele,
una fe en que el milagro
dejó de ser nube o palabra
para hacerse luz que se ofrece
y vive su inocencia entre nosotros.
Hay que abandonar quien fuiste,
desaparecer en los amigos,
dejar que su abrazo te niegue
y su voz sola
marque el ritmo espontáneo de tu sangre;
saber en ellos
que hay un ángel inadvertido
en crecer y vivir,
que en la lumbre de los que se aman
se abre intacto cada día
el centro feliz de nuestra esperanza.