Dios formó lindas las flores,
delicadas como son;
les dio toda perfección
y cuanto Él era capaz;
pero al hombre le dio más
cuando le dio el corazón.
Le dio claridá a la luz,
juerza en su carrera al viento,
le dio vida y movimiento
dende el águila al gusano;
pero más le dio al cristiano
al darle el entendimiento.
Y aunque a las aves les dio,
con otras cosas que inoro,
esos piquitos como oro
y un plumaje como tabla,
le dio al hombre más tesoro
al darle una lengua que habla.
Y dende que dio a las fieras
esa juria tan inmensa,
que no hay poder que las venza
ni nada que las asombre,
¿qué menos le daría al hombre
que el valor pa su defensa?
Pero tantos bienes juntos
al darle, malicio yo
que en sus adentros pensó
que el hombre los precisaba,
pues los bienes igualaba
con las penas que le dio.