miércoles

Poema en prosa

 
RECORDANDO A MARÍA ZAMBRANO 

Cualquier parque pequeño como este es casi idéntico al claro del bosque. La única diferencia esencial es que en estos encantadores lugares de recreo prácticamente siempre es posible entrar.

Aquí me he detenido cientos de veces. Y cientos de veces sus árboles me han dicho: «hay que dormirse arriba en la luz». Y cientos de veces sus mosquitos han añadido: «hay que estar despierto abajo en la oscuridad».

Hoy, esta tarde vacía como una pintura china, mientras el perro hociquea entre las hojas caídas de los avellanos, le devuelvo un silencio, un billete multicolor que le debía.