CINE REALISTA
Siempre que miro al mar,
el mar hace de mar
y yo de hombre que lo mira.
Hoy nuestra química traspasó la pantalla.
Él se pintó gaviotas y un gran barco
allá en el horizonte
y yo me sumí en un nostálgico ensueño
cuyo espejo fue mi gesto contenido.
La mansa caída de la tarde,
hermosa protagonista absoluta,
ayudó lo suyo.