Te veré en tus sueños,
dicen que dijo Marilyn
Monroe, unos días antes de morir,
a su amigo Frank Sinatra;
te veré en tus sueños,
allá donde las rubias platino
no pasan por locas o tontas
y la vida no miente
vivirse de nuevo, ser
otra, o no ser
sino en el sueño del amigo
que, íntimo, te sueña;
allí
donde un instante de amor
es infinito
como infinita en el mar
es una gota de lluvia,
o una lágrima.